Formación y recepción de los ecos

FORMACION DE ECOS

El término ecogenicidad se refiere a la capacidad de un medio para producir ecos en una ecografía. Esta capacidad está directamente relacionada con la impedancia acústica del medio, es decir, la resistencia que opone el medio al paso de las ondas ultrasónicas. Un medio con alta impedancia acústica, como el hueso, producirá muchos ecos y se considera hiperécoico, mientras que un medio con baja impedancia acústica, como el aire, prácticamente no producirá ecos y se considera anecogénico. Los medios intermedios tendrán una capacidad de propagación de los ultrasonidos también intermedia y su ecogenicidad se expresará en grados intermedios.

La velocidad de propagación de las ondas de ultrasonido es inversamente proporcional a la densidad de partículas, pero la ecogenicidad depende de la diferencia entre las impedancias de dos tejidos cercanos. Por ejemplo, el hígado graso es menos denso que el normal, lo que resulta en una imagen más oscura en la tomografía computarizada, pero es más ecogénico debido a la infiltración grasa que causa más interfases. Por lo tanto, al evaluar una imagen en ecografía, se hablará de «aumento de ecogenicidad» en lugar de «aumento de densidad».

Los ecos de ultrasonidos tienen características de frecuencia, amplitud y tiempo de propagación, y se pueden diferenciar fácilmente entre sí cuando se producen con más de 70 milisegundos de intervalo. Los ecos producidos por la reflexión en interfases con poco o nulo movimiento tienen una pérdida de energía que se traduce en una pérdida de amplitud, pero mantienen sin cambios la frecuencia ultrasónica del haz original. Esta frecuencia fundamental se acompaña de ecos con frecuencia variable, que configuran un haz de ultrasonidos también vibratoriamente más complejo que el haz original. Los ecos que tienen frecuencias que son múltiplos de la frecuencia original se denominan armónicos, como el «segundo armónico» (frecuencia doble), «tercer armónico» (frecuencia triple) y así sucesivamente.

Cuando los ecos se producen por la reflexión contra superficies en movimiento, se producirán cambios tanto en la intensidad acústica como en la frecuencia ultrasónica fundamental, que pueden aumentar o disminuir según el sentido del movimiento del reflector. Este fenómeno se conoce como efecto Doppler y puede llevar las ondas sónicas incluso hasta el espectro de las frecuencias audibles.

RECEPCION DE ECOS

El material piezoeléctrico utilizado en el transductor es crucial para una recepción efectiva de las señales. La capacidad de detectar diferencias sutiles en la impedancia entre dos medios cercanos se mejora con frecuencias de emisión altas y con receptores sensibles a pequeñas variaciones de energía. La mayoría de los sistemas utilizan matrices de múltiples elementos que separan la emisión y recepción de señales. Los ecos que llegan a cada receptor deforman su estructura, lo que produce una carga eléctrica que se convierte en una señal analógica de tensión. El ruido, que puede ser más o menos intenso que los ecos, también llega al receptor y puede interferir en el procesamiento de la señal. Por lo tanto, se requiere algún sistema de amplificación o atenuación para mejorar la calidad de la señal.

Deseas aprender mas: Únete a nosotros hoy y comienza a disfrutar de los beneficios de nuestros cursos de ecografía.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.