El sonido es una onda que se propaga a través de la materia y produce cambios en la presión que se pueden medir en función del tiempo. La longitud de onda se refiere a la distancia entre dos puntos correspondientes de la curva tiempo-presión, mientras que la frecuencia se refiere al número de ciclos completos de la onda que ocurren por unidad de tiempo. El período es el tiempo necesario para completar un ciclo completo de la onda.
La frecuencia y el período están inversamente relacionados, lo que significa que a medida que aumenta la frecuencia, disminuye el período. La unidad de medida de la frecuencia acústica es el Hertz (Hz), que representa un ciclo por segundo. Las frecuencias altas se expresan en kilo Hertz (kHz) o mega Hertz (MHz).
El rango de frecuencias acústicas se encuentra entre menos de 1 Hz y más de 100,000 Hz (100 kHz). La capacidad de audición humana se limita a un rango entre 20 Hz y 20,000 Hz. Los ultrasonidos se diferencian del sonido audible en la frecuencia, que es 500 a 1,000 veces mayor que la del sonido que normalmente oímos. Las frecuencias del sonido con aplicación diagnóstica típicamente varían entre 2 MHz y 15 MHz, aunque se están investigando frecuencias más altas para su aplicación en otras formas especializadas de imagen. En general, se utilizan frecuencias más altas para la obtención de imágenes convencionales con ultrasonidos en el modo Doppler, y los principios básicos son los mismos para ambas aplicaciones.
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