El uso de ultrasonidos en el diagnóstico médico se basa en la detección y representación de la energía acústica reflejada por diferentes partes del cuerpo, lo que permite generar imágenes corporales bidimensionales de alta resolución y representar los parámetros de flujo. Aunque los ultrasonidos son una herramienta útil, su uso no garantiza automáticamente estudios de alta calidad y valor diagnóstico. Es importante que el personal que maneja los equipos de ultrasonidos comprenda los principios físicos detrás de ellos y conozca los métodos e instrumentos utilizados para producir y mejorar la calidad de la imagen. Solo así se pueden evitar errores en el diagnóstico y recopilar la máxima información en cada exploración. La imagen convencional con ultrasonidos y el modo Doppler se basan en la dispersión de la energía acústica causada por las interfaces entre diferentes materiales y las bases físicas que operan en un medio acústico. La amplitud de la energía reflejada se utiliza para generar la imagen convencional, mientras que los cambios en la frecuencia proporcionan información sobre el flujo sanguíneo. Para producir, detectar y procesar los datos proporcionados por los ultrasonidos, es necesario manejar numerosas variables, muchas de las cuales pueden ser controladas directamente por el usuario del equipo. Este capítulo cubre los aspectos más importantes de los fundamentos de la energía acústica, los principios físicos de la imagen con ultrasonidos y la detección de flujo, así como la instrumentación utilizada, haciendo especial énfasis en los puntos más relevantes para la práctica clínica.
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